Nadie sensato puede asumir que la República Dominicana ha vuelto a la normalidad, después de la pandemia y de los efectos de los conflictos internacionales que han generado escasez e inflación.
Se han hecho grandes esfuerzos para restablecer las operaciones generales del país, pero debemos entender que las situaciones de dificultades dejan secuelas y provocan nuevos escenarios.
Y debemos juntar eso con nuestras viejas falencias.
Y justo es aquí donde podemos detectar nuestras verdaderas prioridades para trabajar con ellas. Procurar soluciones y aprovechar oportunidades.
Para generar entusiasmo en la población, el verdadero motor hacedor del país.
Creemos que es el momento para un verdadero diálogo.
Cargando ...