Hemos llegado al punto no deseado, como es el cierre total de la frontera de República Dominicana con Haití.
Al concluir el diálogo y sin salida razonable para resolver este impasse e ignorando la advertencia del Gobierno dominicano, pues continuaron los trabajos para desviar las aguas del río Dajabón o Masacre.
Y ha ocurrido lo no deseado, desde cualquier punto de vista.
Sobre todo, que dada la realidad de la vecindad resulta difícil quebrantar los lazos fronterizos.