Juan Pablo Duarte fue un dirigente político. Sin duda el líder de la trilogía de los padres de la patria. Y el ideólogo de la creación de la República Dominicana.
Y es importante resaltar su condición para alejarlo de los altares donde maliciosamente se le ha querido arrimar.
Es el más exitoso de nuestros líderes políticos nacionales. Un hombre excepcional, fundador de la nación y por su conducta ética en el ejercicio de la política.
Este 26 de enero debemos celebrar el 210 aniversario de su nacimiento. Y el mejor regalo con que podríamos congratularlo es replicar su ejemplo, en la honradez, en el sacrificio y en su dedicación.
El antídoto contra la inconducta, la corrupción y la insensibilidad.