“La buena vecindad entre los dos países no puede nunca perjudicar el principio de cumplimiento estricto de la legalidad dominicana e internacional”.
Esta es la posición nacional, respeto a nuestros vecinos haitianos y fue externada por el ministro de Relaciones Exteriores del país ante la sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El canciller fue mucha más claro y en enfático: “no hay, ni podrá haber solución dominicana a la situación haitiana”.
También el ministro expresó que nuestro país está sumamente preocupado por la profunda crisis social, económica, sanitaria y política que se vive en Haití, marcada por el estancamiento en la organización de las elecciones legislativas y la falta de consenso en una agenda común que permita romper los impasses y definir un nuevo ciclo electoral que la encamine por un sendero de estabilidad duradera.
Lo dicho por el funcionario no deja espacio a malas interpretaciones.
Entendemos que simplemente constituyen una clara e impetuosa defensa de la soberanía nacional, al tiempo de dejar sentada la preocupación de República Dominicana ante el futuro de la nación haitiana y eso lo señala al establecer que “las fronteras compartidas implican que procesos políticos y sociales impactan significativamente en el otro”.
Saludamos este espíritu de colaboración con nuestros vecinos, pero sin dejar de abrazar la defensa de nuestra soberanía.
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