De todos los métodos de distribución de escaños que se utilizan en el mundo electoral, uno de los más usados es el creado por el matemático y jurista belga Víctor D’Hondt en 1878.
El propósito del método es crear mayorías fuertes, es decir sistemas políticos que tengan una gobernabilidad robusta.
Por tanto, el sistema favorece a los partidos grandes en detrimento de las organizaciones más pequeñas para las cuales se han diseñado otras instancias como los diputados nacionales, por ejemplo.
Para que las minorías puedan entrar al juego deben hacer dos cosas: o hacen alianzas con otros partidos para hacerse más grandes, o logran que se creen circunscripciones con más representantes pues está comprobado que las oportunidades de los partidos pequeños de tener representación aumentan si la circunscripción tiene cinco o más representantes.
El problema en nuestro país es que muy pocas provincias tienen más de cinco diputados y algunas que los tienen han sido divididas en circunscripciones más pequeñas.
Por tanto, no es el método, sino la división el problema.
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