Como cada primero de enero, hace ya 56 años, cristianos de todo el país volvieron a reunirse en su tradicional “Concentración Nacional Evangélica” celebrada en el Estadio Olímpico Félix Sánchez.
La jornada de adoración a Dios es coordinada por el Ministerio Batalla de la Fe, entidad liderada por el pastor Ezequiel Molina, un hombre con una vida de consagración al servicio orientador y que da cátedra de oratoria cada vez que asume el púlpito.
Ahora asumió un papel secundario, quizás por la lectura de los años, pero igual de importante resultan su figura y sus prédicas en cada encuentro.
Sin embargo, el sermón central a cargo del también pastor Ezequiel Molina Rosario (hijo), además de lanzar críticas a diversos sectores del país, fue portador de un mensaje para la comunidad evangélica, el cual entendemos que el dominicano secular no debe pasarlo por alto por lo interesante de su contenido y porque el país se juega su futuro en los próximos 12 meses.
Entre otras cosas, Molina Rosario recomendó a los evangélicos no votar por siglas, sino por candidatos. Además orientó a los feligreses a participar en política y no darles el voto a los aspirantes que niegan los principios cristianos.
Reflexionó que “Los dominicanos que somos gente de principios cristianos en más de un 70%, no podemos darle nuestro voto a gente que se sabe han robado de las arcas del Estado y lo saben, no porque un tribunal los condenó, porque al parecer aquí no hay de ese tipo de tribunales, sino porque no pueden explicar sus riquezas. Los dominicanos somos gente pacífica y de trabajo que anhelamos vivir en un clima de paz, ya somos adultos en los asuntos de democracia, no quisiéramos caos y desórdenes propios de sociedades semisalvajes”.
El sermón ha sido muy claro y preciso al iniciar este año 2020.
Quizás la comunidad evangélica ha hecho conciencia de que el nuevo año provoca incertidumbre electoralmente hablando debido a los procesos de votación pautados en el orden municipal, congresual y presidencial.
Los evangélicos orientaron con su prédica…nosotros haríamos un gran aporte cívico si llegamos a esos compromisos, no solo preparado, sino también conscientes de lo que representamos.
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