El Gobierno del presidente Danilo Medina hoy debe estar orondo de complacencia porque las primeras metas trazadas con la creación del Sistema Nacional de Atención a las Emergencias 911 han dejado sus frutos, y como proyecto, es asimilado por muy buena parte de la población.
El Sistema 911 fue implementado en 2014 y ya su cobertura abarca a Santo Domingo, Santiago, San Cristóbal, Haina y Nigua, mientras que de cara al 2020 la proyección es cubrir el 92% del territorio nacional.
También los datos estadísticos ofrecidos por el ministro de la Presidencia Gustavo Montalvo hablan muy bien del proyecto.
Por ejemplo, en cuatro años de operatividad el Sistema 911 logró que la tasa de homicidios en las zonas donde opera baje un 9.07 %, mientras que el robo de vehículos con violencia se redujo en un 25 %, además controló en un 68% los casos de violencia domestica, los robos en un 63% y en un 39% las agresiones físicas.
Sin embargo, un dato no destacado por el funcionario es el gran cambio cultural y mental que aporta a la sociedad la aplicación de ese Sistema de Emergencias. Simple: ya el ciudadano no anda con recovecos cuando necesita ser asistido porque sabe dónde y a quien llamar, y aquel que aún no es beneficiario, desea instalen el servicio en su localidad.
Ahí radica su gran aporte.
Como ven numérica y conceptualmente llenó el cometido el Sistema 911, sólo resta esperar que estos resultados sirvan también para ampliar el compromiso oficial con este servicio que impacta directamente en beneficio de la población.
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