Dos partos dolorosos

En el país es muy socorrida esta máxima jurídica: "Es mejor un mal arreglo que un buen pleito".

Y este ha sido criterio que entendemos al que acaba de apelar la presente gestión de Gobierno con Luis Abinader a la cabeza.

La buena nueva nos llegó el pasado jueves, por medio de una escueta alocución, en la que el mandatario puso al tanto a la población de las negociaciones que le ahorrarían al Estado y al pueblo dominicano un total de US$1,500 millones.

Para finalizar el contrato al que estamos atados desde hace 13 años, dijo el mandatario que se tuvo que desembolsar US$410 millones.

Aquí todos estamos conteste en que el contrato fue heredado por la actual administración y que el mismo no era más que una "estafa" para el bolsillo de los dominicanos.

Siempre resultó chocante y doloroso transitar por la Autopista del Coral y la Juan Pablo II (Carretera de Samaná) debido al exagerado costo que implicaba en pago de sus peajes.

Visto así hay que saludar la acción y la determinación responsable del presidente Abinader para evitarle a la nación pagos mayores, además de un arbitraje internacional que pudiera poner en riesgo la inversión extranjera que hoy tanto necesitamos.

Salir de este contrato firmado en el 2008 con Autopistas del Nordeste y Bulevar Turístico del Atlántico nos deja un sabor agridulce, pero también y, no menos importante, nos lega la experiencia para evitar y enmendar entuertos futuros.

Las autovías del Coral y Samaná han sido dos partos dolorosos.

Sin embargo, ya no es tiempo de mirar al pasado, hacerlo no sería más que una pérdida de tiempo.

Ahora lo correcto es enfocarnos en el futuro porque nos permite planificar y prever... ya está la experiencia, legislemos.