La delincuencia nos desafía cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo.
En todos los espacios y lugares de la República Dominicana se están cometiendo actos ilícitos con violencia.
Son el pan nuestro de cada día. Sin miedo a la ley ni a las autoridades.
Y con revelaciones espantosas, de ser ciertas, de que oficiales negocian con los delincuentes para distribuirse lo robado, tal como le ha declarado un confeso delincuente a Julissa Céspedes de CDN.
No faltan muestras para convencernos de la necesidad de poner freno a la desfachatez operativa de la delincuencia.
Y la urgencia de enfrentarla seriamente.
La dejadez de nuestra acción motiva a estos desaprensivos para robar y quitar vidas humanas.