La propuesta del Gobierno de refundir algunos ministerios y eliminar instituciones y programas resulta interesante para hacerlo bien pensado y en sosiego.
Creemos que podría hacerse mucho más y con mejores resultados.
Se tiene sin dudas la prisa de la reforma fiscal para poder conseguir los recursos para armar el presupuesto del próximo año. Y la prisa no siempre resulta buena consejera.
Se corre el riesgo, incluso, de que lo que se esté planteando no resulte comprensible y asimilado por una parte importante de los sectores.
Asumimos que lo que se procura es conseguir mayor eficacia en los servicios que se brindan desde el Estado y obtener mejores resultados en nuestros objetivos de progreso.