Activamos el Centro de Operaciones Especiales (COE) cuando esperamos la inminencia de un fenómeno atmosférico.
Desde allí se cohesionan a las instituciones públicas relacionadas con el tema, como las que tienen que ver con los servicios del Gobierno.
Sin embargo, nos debemos preguntar por qué el COE no es igual la instancia para llevar a cabo las mejoras preventivas en aquellos sectores más vulnerables de la población.
Ocupándose de sacar, por ejemplo, a las familias de las áreas de altos riesgos y eliminando de las vías objetos que con los vientos vuelan por los aires, destruyendo vidas humanas y bienes materiales.
Así lo que gastamos en los daños de los huracanes, serían inversiones para la gente.
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