Santo Domingo.- El director ejecutivo del Instituto Nacional de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor), Eddy Alcántara, declaró este lunes que esa entidad reabrirá el negocio Tasty Diks, dedicado a la venta de waffles en la Zona Colonial, tras corregir las no conformidades que motivaron su cierre.
Alcántara recibió la visita en las instalaciones de Pro Consumidor de la propietaria del establecimiento, Mallely Beltré, quien se comprometió a corregir todas las inconformidades que dicta la resolución 293-2022 emitida el pasado viernes por la entidad defensora de los consumidores a los fines de su reapertura.
“La señora Beltré se presentó a Pro Consumidor con sus abogados y se le explicó el tema de las no conformidades, comprometiéndose de manera cordial a corregirlas”, dijo.
El funcionario sostuvo que entre las correcciones que debe realizar para la reapertura del negocio está el de colocar a la entrada del mismo y en un lugar visible un letrero de advertencia “que establezca que sólo se permitirá el ingreso a personas mayores de 18 años con su debida identificación”.
Asimismo, el titular de la entidad garantista de derechos manifestó que el establecimiento debe contar con el Libro de Reclamaciones de Pro Consumidor, a los fines de que los usuarios que asisten al comercio puedan interponer sus reclamaciones en caso de que les sean vulnerados sus derechos como consumidores.
“Estos son aspectos de buenas prácticas comerciales que este comercio debe corregir y tan pronto la propietaria cumpla con los mismos, nosotros vamos a resolutar autorizándole la comercialización de sus productos”, dijo.
Alcántara advirtió que Pro Consumidor va a estar siempre vigilante para que se cumpla con el mandato de la Ley 358-05 de protección a los derechos del consumidor en su artículo 88 sobre publicidad y promoción de ventas.
De su lado, Mallely Beltré, propietaria de la tienda, al ser entrevistada en el programa Zol de la Tarde, que se transmite por 106.5 F.M., sostuvo que “su negocio fue cerrado por las inconformidades de algunos moradores que vendían a menores de edad, y que esta institución tomó la decisión de cerrarlo por la presión social”.
Así mismo dijo que se comprometió a corregir las inquietudes provocadas por su producto.
“Cuando las personas vienen, pasan un momento muy agradable, nada que ver con el morbo, todo se generó por personas que nunca han ido y viven de la doble moral”, expresó Beltré.
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