Redacción.- Michael Jordan sigue siendo una figura muy venerada en el mundo del basquetbol y para muchos es considerado el mejor jugador de todos los tiempos, pero más allá de la polémica algunos de los argumentos que usan quienes así lo consideran -y que pueden ser consideradas como tangibles- se basan en los récords que estableció en su momento e incluso algunos se mantienen vigentes hasta nuestros días.
El 20 de abril de 1986, cuando disputaba su segunda campaña en la liga, le tocó, junto con sus Chicago Bulls, enfrentar al mejor equipo de la Conferencia del Este, los Boston Celtics, comandados por su astro, Larry Bird, en una serie de la primera ronda de la postemporada.
Ese día se llevó a cabo el segundo juego de esa contienda.
Jordan encestó 22 de 41 lanzamientos a la canasta, se fue 19-21 en tiros libres y acabó con 63 puntos, imponiendo la marca de más anotaciones en un partido de playoffs en la historia de la NBA, un récord que hasta el día de hoy se mantiene vigente; sin embargo, pese a la actuación histórica del astro de los Bulls, acabaron siendo derrotados 135-131 en un partido que se tuvo que resolver hasta la instancia del doble tiempo extra.
“Todo lo que quisimos hacer fue simplemente todo lo que pudiéramos hacer para mantener a Michael bajo control, pero puedes contener a los grandes”, dijo Larry Bird después del Juego 2 de esa serie de primera ronda entre Boston y Chicago.
“Ese no era Michael Jordan, era Dios disfrazado de Michael Jordan”.
Jordan no paraba de hundir disparos, de desquiciar a la sólida y experimentada defensa de los Celtics en ese segundo partido de la serie, ante un abarrotado Boston Garden.
Ya en el primer juego les había dado un aviso, al anotar 49 puntos.
Y aunque un equipo que ya había ganado dos campeonatos de la NBA nunca se había enfrentado a un jugador de las características de MJ.
Sin embargo, los Celtics tuvieron suficiente de las actuaciones espectaculares de Jordan, quien durante los dos primeros cotejos de la serie sumó 112 puntos.
En el tercero y último encuentro, Boston limitó solamente a 19 unidades a Jordan y con ello liquidaron la serie por barrida y avanzaron a la segunda ronda de los playoffs, en la que enfrentaron y eliminaron a los Atlanta Hawks.
Después de eso, los Celtics se enfrentaron y eliminaron a los Milwaukee Bucks en la Final del Este y después hicieron lo mismo con los Houston Rockets en las Finales NBA para capturar el título 16 en su historia.
A pesar de la eliminación, Jordan implantó otro récord que permanece vigente hasta el día de hoy, que es el del máximo promedio de puntos en una serie de postemporada con 43.7 a lo largo de esos tres encuentros ante los Celtics en los playoffs de 1986.
Aunque la de 1985-86 se trató apenas de la segunda temporada de Jordan en la NBA, esa fugaz, pero contundente actuación en los playoffs, marcó la pauta del tipo de jugador que se vería a lo largo de su carrera, dando un aviso a las grandes estrellas de la época, que su momento iba a llegar.
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