Si algo ha quedado confirmado a lo largo del tiempo es que los países necesitan reglas claras para progresar.
Esa es la fuente segura de generar confianza, esa palabra mágica, constructora de proyectos y desarrollo.
Es probable que en el sector oficial se esté calculando tener por vía administrativa lo que no se pudo lograr con el proyecto de reforma fiscal, retirado por el nivel de rechazo tras presentarlo al Congreso Nacional.
Los incentivos en las leyes deben ejecutarse tal como están planteados o cambiarlos en las normas que rigen la vida del país.
Frente al fracaso de imponer las reformas los mecanismos burocráticos no pueden bloquearlos, pues asumirían una discrecionalidad que la ley no otorga.
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