El mundo anda como en un péndulo. Las opciones políticas se van sucediendo tras los fracasos o el agotamiento de los adversarios. Entre conservadores y liberales, al menos de nombres.
Ahora pudiéramos decir que hay una corriente dominante del conservadurismo, aún en los modelos que pudiéramos calificarlos en posiciones liberales y de izquierda.
Incluso, situaciones como la de Rusia y China se pueden considerar dominadas por gobernantes conservadores.
Naciones con tradición comunista han desarrollado más bien un capitalismo de Estado con control del poder.
Nadie parece consagrarse en la satisfacción social y política como para asegurar la alternabilidad en su propio contexto.
Una especie de desquite electoral.
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