Jerusalén.- El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha ofrecido públicamente al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, «pleno apoyo» para cerrar un acuerdo de alto el fuego con el grupo islamista Hamás que permita la liberación de todos los rehenes que siguen en la Franja de Gaza.
«No debemos olvidar que, según la tradición judía, no hay mayor mandamiento que redimir a cautivos y rehenes, especialmente cuando se trata de ciudadanos israelíes a quienes el Estado de Israel no pudo defender», afirmó Herzog en una conferencia en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
El presidente agradeció al mandatario estadounidense, Joe Biden, su empuje para una nueva propuesta de acuerdo que anunció la noche del viernes y «por sus continuos esfuerzos para lograr la liberación de todos los rehenes retenidos por Hamás», indicó.
Herzog ha hablado con Netanyahu sobre la propuesta y le ha prometido «pleno apoyo» para sellar un acuerdo, según señaló en la Conferencia Chaim Herzog, que lleva el nombre de su padre fallecido, quien también fue presidente de Israel.
«Es nuestra obligación inherente traerlos a casa dentro del marco de un acuerdo que preserve los intereses de seguridad del Estado de Israel», aseveró sobre los 121 secuestrados que siguen en el enclave, aunque se teme que muchos de ellos ya muertos.
La propuesta anunciada por Biden está consensuada con Israel, y contempla un alto el fuego por fases, que en una segunda etapa incluye un cese definitivo de las hostilidades y la salida de las tropas israelíes, algo que, según subrayó el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no contradice sus principales objetivos de la guerra: «acabar con Hamás y traer de vuelta a todos los secuestrados».
Los islamistas acogieron el borrador «positivamente», pero han reclamado información más detallada sobre las diferentes fases del acuerdo.
Sin embargo, el ala dura del gobierno, representada por los ministros ultraderechistas Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, han amenazado con abandonar la coalición si Israel acepta el acuerdo al considerar que impediría el principal objetivo de la guerra, que es para ellos desmantelar a Hamás.
Ambos lideran los partidos Sionismo Religioso y Poder Judío, que juntos suman 14 escaños en la Knéset (Parlamento israelí), fundamentales para que el Ejecutivo de Netanyahu no caiga; aunque el jefe de la oposición, el centrista Yaid Lapid, instó ayer al primer ministro a aceptar el pacto y se comprometió a no dejar que el Ejecutivo caiga por este motivo.
El líder de centro-derecha Benny Gantz, ministro del gabinete de guerra que se unió a un Ejecutivo de emergencia desde la oposición tras el 7 de octubre, llamó a que el gabinete se reúna lo antes posible para «formular los próximos pasos» y cerrar el acuerdo.
Aunque ha liderado muchas de las encuestas electorales durante la guerra, el partido de Gantz, Unidad Nacional, solo tiene ocho escaños en el Parlamento, por lo que su apoyo no sería suficiente para compensar la pérdida de apoyos dentro de la coalición de la ultraderecha.