En esta ocasión la Navidad será el sábado 24 y el Año Nuevo igual el sábado 31.
Hay una reacción casi de frustración al pensar que esa circunstancia reducirá el tiempo de diversión y descanso.
Pero, vamos a decir que siempre ocurre lo mejor. Esa realidad quizás nos ayuda a ser más prudentes a la hora de celebrar y nuestras actitudes se hacen más sosegadas y solidarias.
Es probable que nos ayude aún a compartir más con las familias, en un momento en que el país y el mundo necesitan seguirse sanando de los últimos tiempos difíciles en que hemos vivido.
Tomemos las indicaciones del calendario como buena señal. No busquemos argumentos para quejarnos.
Es la mejor manera de afrontar con optimismo el 2023.