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jueves 15 febrero, 2018

Paro de profesores: revisemos el 4 %

La sugerencia nada tiene de medalaganaria y ni prejuciosa.  Sabemos que la educación tiene muchos retos por superar y que todavía es muy temprano para hablar de cosecha, aunque de la siembra del 4 %, algunas plantitas habrán germinado.

Sin embargo, la propuesta surge ante la realidad que vive hoy el sistema educativo nacional, en el que al menos uno de sus principales actores, no muestra sintonía con el compromiso y sacrificio asumido por la población, sustentante del 4 %.

Nos referimos a la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), entidad que este jueves inició un paro de docencia extendido hasta este viernes (48 horas), afectando la formación de los jóvenes en la comunidad educativa del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, hablamos de 646,098 estudiantes que no acudieron a las escuelas.

Los profesores ahora protestan, acción a la que tienen derecho, contra la aplicación de la ordenanza 24-2017, aprobada por el Consejo de Educación y que plantea el método para seleccionar 18 directores regionales y otros 122 distritales, una metodología innovadora que premia la capacidad, el esfuerzo y preparación del docente.

La mayoría de los dominicanos creyeron en la iniciativa del 4 % porque la entendió ideal para superar gradualmente los males que llevan a algunas voces agoreras a calificarnos, en ocasiones exageradamente, como un país fallido.

Aprobado el 4 % para la educación, población y estudiantes han cumplido, el Gobierno (aunque no compartamos su administración) respeta la iniciativa, pero el rezago se registra en los profesores, una pieza determinante que no está correspondiendo a las expectativas proyectadas.

Apoyamos el derecho a la huelga y paros que tienen el sector magisterial, pero lo que no entendemos es como miles de niños y jóvenes hoy no están recibiendo clase, retrasados en su formación, por una decisión retrógrada e inconsecuente porque viola el derecho a la educación de esos miles estudiantes.

El sacrificio ha de ser revisado, justo es ponderar si vale la pena invertir en lo que no suma calidad al sistema.