La capacidad de asombro se pierde en el país.
Actualmente el dominicano vive ensimismado en su día a día. A pocos les importa lo que ocurra con su vecino, su propia familia y hasta con su futuro.
La razón….podría ser hasta producto de la mezcla cultural, pero tenemos que despertar del letargo en que estamos metidos como sociedad.
Aquí la cultura del “na` e na`” sigue cobrando fuerza. Y en adición, la indiferencia ha calado tanto, que ni siquiera exigimos nuestros derechos, quizás con la intención de no cumplir con nuestras obligaciones.
Estamos ante una sociedad individualista que se ha llevado de cuajo nuestra esencia y atributos con los que plantamos diferencia respecto a otras naciones.
Cómo explicar que un Senador de la República sea asesinado (caso Darío Gómez) por cuatro jóvenes que cumplían condena, pero el 11 de diciembre del 2001 estaban en la calle, y a la fecha no se tiene la certeza del móvil del crimen. Posteriormente cada uno murió asesinado en la cárcel.
Todavía el país no tiene una definición en torno a la desaparición de la niña Carla Massiel Cabrera Reyes de la comunidad Pedro Brand, por qué aún no sabemos el origen del incendio que calcinó 137 reclusos en una cárcel de Higüey. Pero caos más reciente como el de Pedro Alejandro Castillo Paniagua “Quirinito”, quien planificó la simulación de su muerte para fugarse burlando todo un sistema penitenciario y nadie paga por ello.
Ahora nos enteramos de que el expolicía Euddy Adinin Roa García “El Verdugo y/o Sicario”, quien debió estar cumpliendo una condena de 20 años, fue reapresado en el 2016 por el secuestro y posterior robo a la Defensora del Pueblo, pero nuevamente está prófugo de la justicia y vinculado a otros crímenes.
¿Qué nos está pasando? Los casos van y vienen, pero sin respuesta.
Despertemos, no vaya a ser que “aquellos polvos” traigan más lodo.
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